Nombre del autor:Carina Sampó

NA Magazine: Gestiona tus Miedos

Diciembre de 2012: Artículo que nos habla sobre el poder que tienen sobre nosotros nuestros propios MIEDOS. Nos limitan para emprender aquellas acciones – personales, familiares, sociales o profesionales- que deseamos y, sin embargo, no nos atrevemos a ejecutarlas. Estos MIEDOS suelen ser “inventados” o “fabricados” por nosotros mismos. Tienen su raíz en nuestra propia historia personal, familiar y sociocultural. Así nos lo cuenta Carina Sampó Franco y de una manera sencilla nos presenta a este MIEDO como: una \»valiosa y necesaria SEÑAL de alarma ante la posibilidad de una amenaza, y como un leal mensajero que viene a traernos un mensaje. Saber descifrarlo correctamente es la Clave

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Entre Ríos, Gracias!

El olor y el sabor del reencuentro Este 2012 lo despedí de una manera especial, con muchas emociones, en contacto con muchas personas a las que quiero. Fue un mes muy bueno, de esos que se recuerdan. Incluso hoy sigo conservando la serenidad y seguridad que se siente cuando se regresa al HOGAR, y la tranquilidad que se vive en los entornos rurales o en los pequeños poblados. Todos los años, en general en verano, regreso de vacaciones a visitar a tanta gente linda: familia, amistades, vecinos/as. Este diciembre, como todos los veranos, volví a mi tierra y en esta ocasión con muchas ganas e ilusión por compartir, en unas jornadas de formación, mi experiencia profesional y personal. Por ello, hoy quiero usar este espacio para  AGRADECER a cada una de las personas que dedicaron su tiempo y sus ganas en la organización y gestión de estas Jornadas de Formación/Capacitación para docentes, familias y adolescentes. En especial quiero dar las gracias: Al Sr. Intendente de María Grande, Dr. Hugo Main, por el amable gesto de valorar y otorgar a estas Jornadas de Formación, la mención de Interés Municipal. Al Sr. Secretario de Gobierno, Germán Elber, por sus gestiones al respecto. A la Sra. Supervisora de Escuelas de Paraná, Patricia Franco, por sus gestiones para que estas Jornadas de Actualización Docente cuenten hoy con la Disposición 125 DDEP  -que expone- “La Dirección Departamental de Escuelas y Supervisión Escolar de Paraná, Provincia de Entre Ríos, del Consejo General de Educación – Dispone- Declarar de INTERES EDUCATIVO el proyecto de actualización docente “La educación emocional en la Familia y en la Escuela presentado por la Lic. En Psicopedagogía Carina Sampó Franco…”. Al Lic. Alcides Santilli y Equipo del Centro Génesis por su apertura, visión, organización y entusiasmo. A mi hermana, Gricelda Sampó, por hacer de nexo entre Madrid-Entre Ríos, y fundamentalmente por su apoyo, cariño y estimulo. A mi marido por su constante apoyo en mis iniciativa y soportar con buen humor la tensión previa a mi viaje y a la preparación de los talleres. Muchas Gracias.

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La elección de no ser asertivo/a

Hace unos días, tras una sesión de coaching y de venir trabajado la asertividad en mi cliente-coachee, surgen las preguntas – \»¿Y entonces, no he aparendido? ¿Con esta persona no funciona? ¿Con ella no puedo ser asertiva? ¡No consigo lo esperado!\» Ser asertivo/a también es saber elegir en que momento o frente a quién no serlo. Ser asertivo/a también es darte el permiso de callar o ceder, de esperar el momento adecuado, si quién está delante de tí está en una posición diferente a la tuya.  Puedes elegir expresar tus pensamientos y emociones, reservarlos para otra ocasión o para ti mismo/a. Ante relaciones o posiciones desiguales (empleado-jefe), pregúntate y valora: ¿Sería ecologico para ti? ¿Que ganarías y que perderías? ¿Te compensa o no te compensa expresar lo que piensas o sientes en este momento? ¿Le aportaría algo a la otra persona? ¿En que posición te estás poniendo tú cuando emites tu mensaje? Aquella sesión finalizó con esta simple y muy gráfica metáfora. Aqui te la dejo:          

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Educar Emociones

¿Qué haces tú, ante el dolor emocional de tus hijos e hijas?   ¿Cómo gestionamos el dolor emocional ajeno? ¿Qué hacemos cuando el dolor es el de nuestros hijos e hijas? Nos cuesta muchísimo verlos tristes, nos cuesta mucho más sentir su dolor. No soportamos verlos enfermos, no soportamos verlos sufrir, no soportamos verlos llorar de tristeza, ya sea por causa de un desprecio o un desplante, de esos que se viven en el cole o en el parque, o en un cumple. No sabemos que hacer con su enfado, rabia o frustración, cuando ésta aparece tras no conseguir un propósito, tras perder en un juego de competición, por ser el o la última en… No siempre sabemos que hacer. Es mas frecuente pasar por alto lo que sucede ante la dificultad que tenemos de gestionar el dolor.  Nos esforzarnos para que “no sientan, no sufran”, para que pasen lo más rápido posible la fea experiencia y vuelvan a sonreír. Queremos darles enseguida una solución, una alternativa, un remplazo. Y ahí estamos diciendo que le vamos a comprar otra muñeca, con la intención de “reponer” de “cubrir la necesidad” y que todo vuelva a estar como antes. O bien hacemos lo contrario, no le damos importancia al tema, ignorándolo, cortando el episodio con un “no pasa nada, no es para tanto”. En lugar de, sencillamente, acompañar en su primera perdida. Sí, de esta manera nuestros hijos e hijas viven sus primeras pérdidas, sus primeros dolores, y por tanto estas experiencias se convierten en sus primeras oportunidades para aprender estrategias de gestión emocional. Nos convertimos en “saltadores” o “solucionadores” de problemas en lugar de “buenos escuchadores”. ¿No te ha pasado a ti, cuando has tenido un problema, que lo que quieres es que te escuchen, en lugar de recibir consejos, opiniones y soluciones? ¿Qué te hace pensar que ellos/as necesitan algo diferente a lo que necesitas tú? “¿Qué educación es ésa que habla del mundo en que estamos y calla sobre el mundo que somos? “¿Has compartido con tus hijos/as tus sueños más importantes, tus mayores alegrías o tus decepciones más fuertes? ¿Qué te hace pensar que lo harán ellos/as contigo?” Augusto Cury En ese esfuerzo de evitar que sufran les impedimos aprender a conectar con sus emociones, a identificarlas, a poder hablar de ellas abiertamente, a sentirse seguros/as y comprendidos/as y regularlas adecuadamente… En esto consiste la educación emocional. No se trata de echarnos culpas, ¿acaso nos ha sido enseñado a gestionar las emociones y a mostrar o trasmitir el cómo hacerlo? ¡No! No nos han enseñado a hacerlo. Por eso nuestra labor es tomar conciencia de esta necesidad y asumir nuestra responsabilidad en la educación emocional de nuestros hijos e hijas, primero pasando por nuestra propia conciencia emocional. De las 6 emociones básicas del ser humano (tristeza, miedo, enfado, sorpresa, asco, alegría) la tristeza junto con el miedo, la ira y el asco son las llamadas emociones negativas. A diferencia de la alegría o el amor, que son las llamadas emoción positiva, y la sorpresa que es ambigua ya puede ser agradable o desagradable. Al nombrarlas “emociones negativas” y creer que esa es su única naturaleza, le hemos extirpado -a la tristeza, al miedo y al enfado- su potencial positivo. Si comprendemos que toda emoción tiene su razón de ser y su finalidad positiva, no nos daría tanto miedo sentirlas, explorarlas y darles el lugar que les corresponde en el momento adecuado y con la intensidad que requiera la circunstancia vivida. Para continuar voy a referirme a la tristeza como referencia de una de las 6 emociones básicas. A veces la tristeza es apropiada a las circunstancias, otras veces se alimenta de pensamientos negativos, que nos llevan a “aumentar” innecesariamente nuestro malestar; afectando paralelamente nuestra delicada autoestima. Es necesario y humano, permitirnos sentir la tristeza (como también las demás emociones) y permitirles a nuestros hijos/as sentirla; ayudándoles, acompañándoles y escuchándoles. “El optimismo se construye con el enfrentamiento de los problemas y no con su negación…   Hay un mundo por descubrir dentro de cada niño/a y cada joven. Quién no logra descubrirlo es porque está encarcelado en su propio mundo”. Augusto Cury La tristeza es adaptativa y sana, siempre y cuando la vivamos como un estado transitorio y no permanente. Cuando nos sentimos tristes y atrapados en nuestra tristeza, lo más importante es poder “darnos cuenta” de cómo nos sentimos, sin que intentemos buscar explicaciones, razones o justificaciones. Es necesario darnos permiso y tiempo para recuperarnos de algún episodio doloroso que, a veces, pasamos por alto para no sentir el dolor natural por una pérdida, despedida, cambio, cierre o final. El caso es que, si no lo hacemos, tarde o temprano nos cobrará factura y tendremos que “parar” y mirar a la cara lo que en verdad hay. Esta es la intención positiva de la tristeza. Viene para ayudarnos a sanar. Viene a regalarnos un tiempo útil para la introspección, para expresar el dolor afectivo de una manera adecuada, adaptativa y sana. “Los buenos padres preparan a sus hijos para los aplausos, los padres brillantes preparan a sus hijos para los fracasos”. Y yo añado que padres y madres brillantes son aquellos que preparan a sus hijos e hijas para el dolor, para el NO, para la reflexión crítica, para la pregunta y no tanto para las respuestas, para la introspección emocional, para ser líderes de sus vidas. Para ser emocionalmente inteligentes. Para SER. Anexo: ¿De qué hablamos cuando hablamos de Educación Emocional (EE)? La EE pretende dar respuesta a un conjunto de necesidades sociales que no quedan suficientemente atendidas en la educación formal. Estas necesidades están relacionadas con la regulación de la ira, la ansiedad, el estrés, la tristeza, la impulsividad, la tolerancia a la frustración, los estados depresivos, el síndrome de burn-out, el consumo de drogas, los conflictos, la violencia, el vandalismo, etc. Para ello es necesario desarrollar una serie de competencias básicas para poder hacer frente a los retos de la vida con mayores probabilidades de éxito, desde una

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El Filtro de las Tres Verdades

En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos. Un día, un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo: ¿Sabes lo que escuche acerca de tu amigo? Espera un minuto -replico Sócrates- Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del \»triple filtro\». ¿Triple Filtro? -Correcto- continuo Sócrates Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar, tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen de triple filtro. El primer filtro es la VERDAD   ¿Estas completamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? – No -dijo el hombre- realmente solo escuche sobre eso. Y bien-dijo Sócrates- entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, El filtro de la BONDAD ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?  – No, por el contrario -dijo el hombre. Entonces deseas decirme algo malo sobre él, pero no estas seguro de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo, porque queda un filtro, El filtro de la UTILIDAD. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo? – No, la verdad que no – repuso el hombre. Bien -concluyó Sócrates- Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no me es útil, ¿para que querría yo saberlo? ¿Te has preguntado cuál es la intensión de base, que mueve a comunicar este tipo de mensajes-rumores? Si has pasado los 3 filtros y aún sigues con el impulso de comunicarlo, recuérdate esta frase tan sabia y antigua: “Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras; cuida tus palabras porque se volverán acciones; cuida tus acciones porque se volverán hábitos; cuida tus hábitos porque se convertirán en carácter; cuida tu carácter porque se convertirá en tu destino”.

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La intención positiva de la tristeza

La tristeza, ¿Qué imagen, sonido o sensación te genera esta palabra?   De todas las emociones básicas del ser humano, la tristeza junto con el miedo, la ira y el asco son las llamadas emociones negativas. A diferencia de la alegría o el amor, como emoción positiva. En parte, le hemos extirpado a la tristeza su potencial positivo. Si comprendemos que toda emoción tiene su razón de ser y su finalidad positiva, no nos daría tanto miedo sentirlas, explorarlas y darles el lugar que les corresponde en el momento adecuado y con la intensidad que requiera la circunstancia vivida. A veces la tristeza es apropiada a las circunstancias, otras veces se alimenta de pensamientos negativos, que nos llevan a “aumentar” innecesariamente nuestro malestar; afectando paralelamente nuestra delicada autoestima. Es necesario y humano, permitirnos sentir la tristeza. Siempre y cuando la vivamos como un estado transitorio y no permanente. Cuando nos sentimos tristes y atrapados en nuestra tristeza, lo más importante es poder “darnos cuenta” de cómo nos sentimos, sin que intentemos buscar explicaciones, razones o justificaciones. Es necesario darnos permiso y tiempo para recuperarnos de algún episodio doloroso que, a veces, pasamos por alto para no sentir el dolor natural por una pérdida, despedida, un cierre, un final. El caso es que, tarde o temprano, nos cobrará factura y tendremos que “parar” y mirar a la cara lo que en verdad hay. Esta es la intención positiva de la tristeza. Viene para ayudarnos a sanar. Viene a regalarnos un tiempo útil para la introspección, para expresar el dolor afectivo de una manera adecuada, adaptativa y sana. ¿Cuándo se transforma en un problema? Cuando la dejamos estar más del tiempo necesario. O por el contrario cuando nos esforzamos para expulsarla, no sentirla; disfrazándonos de “fuertes”, de “yo puedo con todo” “yo para adelante”. En algunas personas lo que en principio fue una emoción de tristeza, ha llegado a transformarse en una actitud frente a la vida… y en este punto merecería la pena revisárnoslo! ¿Para qué? Para cambiar de enfoque. Sentir tristeza es una opción… Imagínate dos maneras distintas de posicionarnos frente a una misma realidad: – “¿Cómo es posible estar triste, siendo tan hermoso todo lo que me rodea?” – “¿Cómo es posible ser feliz, estando rodeado de tantos problemas, desdichas y maldad?”. La decisión de ser o no feliz, de estar o no feliz, o por el contrario, de estar o no triste, de sentir o no tristeza, depende de nosotros/as mismos/as. Por suerte tenemos a nuestro alcance la posibilidad de elegir y decidir cómo queremos sentirnos. Elegir suele ser difícil para algunas personas, más aún decidir. No basta sólo con elegir. La elección implica una preferencia y un ¿para qué? ¿Qué estoy buscando con esta actitud? ¿Para qué lo hago? ¿Qué quiero conseguir? Por otra parte la decisión es la que nos permite aplicarlo, llevarlo a la acción, ejecutar lo que hemos elegido. A veces pasamos mucho tiempo antes de decidir el qué hacer. Una manera de aplazar, de dejarnos estar sin cambiar. Decidir no nos resulta nada fácil. ¿Por qué? Porque nos obliga a asumir una responsabilidad sobre nuestros actos, a sabiendas de que si algo sale mal, no tendremos a quien echarle la culpa. Entonces, ¿para qué hacerlo? Para obtener la recompensa que nos da la libertad. Libertad para sentir, pensar y hacer lo que realmente queremos. Aunque parece ser que asumir la responsabilidad de nuestras decisiones (acciones) nos cuesta y mucho. Por eso nos encontramos con personas infelices, haciendo lo que otros dicen. Eso sí, con la tranquilidad de poder reprochar, culpar y poner fuera todo lo que no soy capaz de asumir y cargar. Es el precio que pagamos. ¿Que precio pagas tu? Por no saber cómo o no querer hacernos cargo de lo propio es que “la tristeza y la infelicidad” van cobrando cada vez más protagonismo en nuestra sociedad. Comprender la necesidad de un cambio de actitud nos permitirá dar ese paso hacia delante. Es un proceso que lleva tiempo, esfuerzo y, según como elijas vivirlo, puede ser con dolor o placer, con tristeza o alegría. En definitiva, el camino a seguir es uno sólo, aquel que elijas y por el que tu apuestes. Mirar hacia atrás sólo debe servirnos para recoger las enseñazas que nos ha dejado. Autora: Carina Sampó Franco Publicado en emagister

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Nombrar en femenino

Nombrar en femenino es educar en igualdad. Educar en igualdad es educar desde el AMOR. Reconocer que hacemos un uso sexista de nuestro lenguaje implica cambiar de manera profunda nuestra manera de pensar y luego de hablar.  Si el lenguaje es o no sexista es un tema que aún genera mucha controversia. No es un tema fácil de aceptar y asimilar . Requiere de nuestra parte un esfuerzo y un compromiso profundo. ¿Por qué se dice que nuestra lengua es sexista? Voy a partir de algunos ejemplos para que resulte más fácil “ver” como nuestro lenguaje, ese que usamos todos los días, oculta, subordina y hace invisible a la mujer. Una misma palabra con connotaciones diferentes. Con esto me refiero a que el significado positivo o negativo, favorable o desfavorable de una misma palabra puede cambiar según se aplique a un hombre o a una mujer. Por ejemplo: la palabra \»Zorro\» nos remite al animal o bien nos hace pensar en aquel personaje legendario del cine que representaba a un hombre astuto, valiente y justiciero. En contraposición, \»zorra\» suele emplearse como insulto contra una mujer que rompe con el modelo femenino impuesto por el machismo. Lo mismo ocurre con la expresión \»Hombre público\», tratándose de un hombre reconocido por su participación social; en cambio, \»mujer pública\» remite a una mujer que se prostituye. También lo vemos con las siguientes palabras: “Hombrezuelo” significa hombrecillo, pequeñito; pero “Mujerzuela” bien sabemos lo que significa en la jerga popular. Estamos acostumbrados a usar un lenguaje que ignora la condición sexuada de la humanidad. A través de él interiorizamos valores y creencias, construimos y expresamos nuestros pensamientos, sentimientos y la forma en que vemos el mundo en el que vivimos. Por lo tanto, estamos contribuyendo involuntariamente a transmitir estereotipos y prejuicios sexistas. La mujer no está representada simbólicamente en nuestra lengua, el lenguaje que usamos nos hace invisibles y nos mantiene ocultas detrás de las formas masculinas que utilizamos corrientemente. Si bien las formas están cambiando aún queda mucho por hacer, sobre todo en la ardua labor de educar a nuestros hijos e hijas. Nos puede parecer molesto y repetitivo hablar en femenino y en masculino, decir niñas y niños, madres y padres, maestras y maestros. ¿Se han preguntado cuántos maestros “hombres” hay en las escuelas? Son una minoría sin embargo seguimos hablando de “los maestros”. Nombrar en femenino y en masculino NO es redundar, sino nombrar la realidad tal cual es, una realidad en la que conviven con sus diferencias mujeres y hombres, niñas y niños. En nuestra lengua existen reglas gramaticales, como lo es generalizar utilizando el masculino, que fueron construidas conforme al sistema de creencias y valores predominantes en una época determinada. Pero no hay que olvidarse que la Lengua es un cuerpo vivo en constante evolución y como tal puede y debe transformarse y adaptarse a los cambios sociales. Tanto las reglas gramaticales como el vocabulario han sido siempre susceptibles de cambios.Cada vez que la sociedad se ha visto afectada por nuevas situaciones o acontecimientos, como ha ocurrido con la informática, las nuevas enfermedades, la telefonía celular, etc., surge paralelamente la necesidad de darles un nombre para poder referirnos a ello, inventando o creando nuevas palabras que nos ayuden a comprenderlos, incorporarlos, utilizarlos, y por tanto, “nombrarlos, denominarlos”.La mujer ha conseguido incorporarse a la sociedad, se la ve en los espacios públicos, participa en ellos, los enriquece con sus aportes. Es una realidad indiscutible y es innegable la necesidad de acabar con el ocultamiento de la mujer en el lenguaje.       Hay que dar nombre a esta nueva realidad y la coeducación nos facilita el camino de educar en actitudes y valores. Publicado en

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Diez maneras de amarnos!

Tras el taller desarrollado este fin de semana, me reafirmo en algunas ideas. Me gusta el planteamiento de Erich From respecto al AMOR, él nos pregunta: – “¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. – ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno «tropieza» si tiene suerte?\» Su desarrollo sobre el AMOR, se basa -según sus palabras- en la primera premisa, si bien es indudable que la mayoría de la gente de hoy cree en la segunda. Cree que lo difícil es encontrar el objeto de amor, es decir, a quien amar, y no en la propia actitud y capacidad de amar. A lo que dice Erich From le sumo las 10 maneras de amarnos por L. Hey \»1. Dejemos de criticarnos. Si nos decimos a nosotros mismos que pase lo que pase, estamos bien y valemos, podemos cambiar con facilidad nuestra vida. Nuestra capacidad de avanzar con el proceso de la vida es nuestro poder. Descubramos nuestras aptitudes creativas, nuestra individualidad y valorémoslos o por esas cualidades que nos distinguen de los demás. Todos tenemos un papel para nuestra estancia en la Tierra y ese lo oscurecemos al criticarnos. 2. Dejemos de asustarnos. Cuando vengan a tu mente pensamientos aterradores, de miedo, inmovilizadores crea un resorte (una imagen muy vivida de algo bello) para reemplazar ese temor por ese bello instante (un amanecer, un abrazo, unas palabras consoladoras de un amigo, la sonrisa de tu hijo…) Di: Ya no voy a pensar en eso (en lo que te asusta) Voy a pensar en puestas de sol… en rosales.Con práctica y haciendo de esto un hábito lo lograrás… Yo agregaría: – Conoce a tus miedos, identifícalos, ponles un nombre y dialoga con ellos. Conoce su historia, preguntales ¿para que están? ¿Cuál es su intensión positiva? ¿En qué te limitan y en queé te protegen? 3. Seamos amables y cariñosos con nosotros mismos. A veces tratamos mejor a los demás que a nosotros ¿porqué no tener paciencia con nosotros mismos, si la tenemos con un niño que está empezando a aprender? deseamos tener las respuestas, ya , ahora sin tener que aprender lecciones o sin dar los pasos necesarios, seamos pacientes. 4. Seamos cariñosos con nuestra mente. Démosle unos minutos al día de meditación, de tranquilidad, de paz, repitámoslos \»te quiero, todo está bien\» 5. Elogiémonos. La crítica deprime el espíritu, el elogio lo levanta. Cuando te desprecias, desprecias al poder que te ha creado. Empieza por cosas pequeñas, proporcionate aliento y apoyo. 6. Amarnos significa apoyarnos. Busca quien te apoye y te acompañe en el proceso. 7. Amemos nuestros rasgos negativos. Sean cual sean nuestras pautas negativas, podemos aprender a satisfacer estas necesidades de forma positiva ¿qué obtengo de ésto? Se honesto contigo mismo y contéstate. 8. Cuidemos nuestro cuerpo. 9. Trabajemos con el espejo. 10. Amémonos Ya, ahora mismo. No esperes a que se hayan arreglado las cosas para amarte, hazlo ya. Una vez que aprendas a amarte a ti mismo, disfrutarás plenamente de todo y todos. Comenzarás a amar y aceptar a los demás Hemos venido a realizarnos a nosotros  mismos y a expresar el amor en su sentido más profundo. Estamos para aprender, crecer, asimilar y proyectar compasión y comprensión…\» Fuente: Extracto de \»EL poder está dentro de ti\» Louise Hay. Pág.122-144 Erich From \»El arte de amar\».

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Agradecimiento a LuzNatal, formación de Doulas

  Gracias Yolanda Caballero Gardyn por la oportunidad de formar parte por un fin de semana completo, de ese grupo fantástico de mujeres doulas, de la formación SiendoDoulas. Un circulo perfecto de 10 mujeres ¡Gracias por compartir esa energía femenina y esa valentía de pujar por una vida consciente. Diez mujeres semi-diosas en unidad, en armonía y brillando con una luz única y personal! Juntas hemos mirado a la cara a nuestros miedos: “al dolor, a la enfermedad, a la soledad, a la fusión, a la pérdida, al uso de poder de los otros/as, a la muerte, a la vida, a los opuestos… Y hemos conseguido aliarnos con todos ellos!    ¡Gracias!

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