La tristeza, ¿Qué imagen, sonido o sensación te genera esta palabra?
De todas las #emocionesbásicas del ser humano, la tristeza junto con el miedo, el enfado y el asco son las llamadas emociones desagradables.
A diferencia de la alegría o el amor, como emociones agradables. Es cierto que muchas personas las siguen llamando #emocionesnegativas quitando toda posibilidad de descubrir algo de ellas, su riqueza oculta.
Si, al parece el efecto socializador y educativo, dónde todo tiene que ser alegre y bueno, nos ha llevado a extirparle a la tristeza su potencial positivo. Por el contrario, si comprendemos que toda emoción tiene su intensión positiva, su para qué existe, no nos daría tanto miedo sentirlas, escucharlas y darles el lugar que les corresponde en el momento adecuado y con la intensidad que requiera la circunstancia vivida.
Es necesario y humano, permitirnos sentir la tristeza. Siempre y cuando la vivamos como un estado transitorio y no permanente. Cuando nos sentimos tristes y atrapados en nuestra tristeza, lo más importante es poder “darnos cuenta” de cómo nos sentimos, sin que intentemos buscar explicaciones, razones o justificaciones.
Es necesario darnos permiso y tiempo para recuperarnos de algún episodio doloroso que, a veces, pasamos por alto para no sentir el dolor natural por una pérdida, despedida, un cierre, un final. El caso es que, tarde o temprano, nos cobrará factura y tendremos que “parar” y mirar a la cara lo que en verdad hay.
Esta es la intención positiva de la tristeza. Viene para ayudarnos a sanar. Viene a regalarnos un tiempo útil para la introspección, para expresar el dolor afectivo de una manera adecuada, adaptativa, respetuosa y sana.
¿Cuándo se transforma en un problema?
Cuando la dejamos estar más del tiempo necesario, cuando la evitamos, cuando nos esforzamos para expulsarla, para no sentirla; disfrazándonos de “fuertes”, de “yo puedo con todo”.
¡Cuidado! Lo que en principio fue una emoción de tristeza sana y adaptativa, puede transformarse, sino la escuchamos cuando aparece, en una actitud frente a la vida que nos lleva a sobrevivir en lugar de vivir con plenitud.
La tristeza nos trae un único mensaje “cuídate, reponte, has perdido algo valioso para ti y necesitas despedirte de ello para que algo nuevo pueda llegar”