Honrar La Vida
Música y Letra: Eladia Blázquez
¡No, permanecer y transcurrir, no es perdurar, no es existir, ni honrar la vida!
Hay tantas maneras de NO SER, tanta conciencia sin saber, adormecida…
Merecer la vida no es callar y consentir, tantas injusticias repetidas…
¡Es una virtud, es dignidad! Y es la actitud de identidad ¡más definida!
Eso de durar y transcurrir, no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir… ¡Honrar la vida!
¡No, permanecer y transcurrir, no siempre quiere sugerir ¡Honrar la vida!
Hay tanta pequeña vanidad, en nuestra tonta humanidad… enceguecida.
Merecer la vida es erguirse vertical, más allá del mal, de las caídas…
Es igual que darle a la verdad, y a nuestra propia libertad ¡La bienvenida!…
Eso de durar y transcurrir, no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir…
¡Honrar la vida!
Permanecer y transcurrir NO ES lo mismo que honrar la vida!
¿Cuántos de nosotros/as podemos decir que honramos nuestras vidas? Que agradecemos por cada día vivido y disfrutado? Que comenzamos el día con optimismo, ilusión, entusiasmo o deseo de vivir cada instante como un regalo? Que nos sentimos conformes, satisfechos/as, por lo que somos, y hemos conseguido?
VIVIR y no sólo “estar de paso por la vida” implica asumir riesgos, superar miedos y dejar atrás los límites de lo seguro. Por el contrario TEMER LA VIDA, nos condena a una existencia limitada, aburrida, vacía, quejosa, y sólo de pasillo; mirando lo bien que se la pasan los otros/as, pero a mi no me toca nada.
Hay tantas maneras de no ser, tanta conciencia sin saber, adormecida…
Esta frase me impacta, tan simple, tan cierta, tan presente!
Vivimos en un engaño, en primer termino a uno/a mismo/a y, en segundo, de cara a las demás personas. Vivimos portando mascaras que construimos, allá, por nuestra infancia, y llegamos a la adultez sin haber aprendido a quitárnosla. Máscaras que nos sirvieron en su momento para hacer frente a situaciones, quizás, de dolor, de soledad, de desaprobación. Un excelente recursos para la defensa y la protección.
Hay personas que no se atreven a asumir riesgos, sea por temor al costo o a las consecuencias que implica. Pero también hay personas que, reconociendo sus posibilidades, aprenden a confiar en sus recursos y deciden asumir los riesgos necesarios para ganar y descubrir nuevos horizontes y alternativas para afrontar de manera adecuada el día a día.
Hay tanta pequeña vanidad, en nuestra tonta humanidad, enceguecida.
La humildad parece ser un bien escaso, se desea la grandeza del que mas tiene… en lugar de la grandeza del propio Ser y mundo interior.
Merecer la Vida… Es igual que darle a la verdad, y a nuestra propia libertad ¡La bienvenida!…
Quien se atreva a vivir su propia vida desde la autenticidad, sin mascaras ni falsas apariencias, asumiendo riesgos a cambio de elecciones, se acercará sin lugar a duda, a la felicidad y plenitud; siendo quien en verdad es.
Es posible que en el camino muchos de nosotros/as nos caigamos, nos lastimemos, nos sintamos desamparados, pero… como dice el actor Héctor Alterio en la película Caballos Salvajes: “la puta que vale la pena estar vivo”.
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